Mi primera clase de yoga fue en el 2011 y me acuerdo que se me abrió otro mundo… desde entonces supe que el yoga me iba a acompañar toda mi vida. 

Es una práctica que me ha retado física, mental y emocionalmente, que me ha hecho crecer y expandirme de una forma profunda y transformadora, que me ha conectado siempre con el mundo espiritual. 

Es una herramienta de autoconocimiento y sanación muy poderosa que siempre me lleva a conectar con mi mejor versión, con mi mejor camino, que me mantiene presente, que me ha enseñado a agradecer y que me ha regalado amistades que valoro con todo mi corazón. 

Tengo una certificación de Vinyasa de 500 horas con Alejandro Lozano y una de Rocket de 50 horas con Mariana Cisneros, con quienes estoy agradecida infinito por todo el conocimiento y cariño que me comparten siempre. 

Enseñar es un regalo para mi, quiero compartir con más personas la magia de esta práctica y que sus caminos sean tan transformadores como el mío.

Maria Navarro